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2008 - 051. El Conapred, comprometido con transformaciones para evitar violencia contra las mujeres

El Conapred, comprometido con transformaciones para evitar violencia contra las mujeres
 
Boletín de prensa 051/2008
México D.F., 24 de noviembre de 2008
 
Al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), le toca y le distingue dentro del sistema de entidades públicas, la tarea de más profundidad en el tema de la no violencia contra las mujeres, la de transformar los patrones socioculturales y revertir la consideración de que actuar contra la violencia, sobre todo la simbólica, es inútil.
 
Lo anterior fue afirmado por Alejandra Rojas Pérez, directora de Estudios y Políticas Públicas del CONAPRED al dar un mensaje de esta institución en el encuentro Dialogando sobre la violencia contra las mujeres, que organizó hoy el Consejo en el contexto del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se conmemora el 25 de noviembre.
 
Al respecto, Rojas Pérez aclaró que los patrones culturales impuestos por la masculinidad hegemónica no cambian automáticamente por el sólo hecho de aprobar una ley e instaurar un programa, generar una base de datos de las denuncias o procurar un sistema de coordinación, aunque éstos sean requisitos sustantivos.
 
Otros elementos que le toca al Consejo ir identificando son los distintos grados de anomia (conjunto de situaciones que derivan en la carencia de normas sociales o de su degradación), que se generan por las distintas rupturas en los vínculos primarios y asociativos en los cuales la discriminación juega un papel central, los procesos de individuación, la escasa integración social y la incapacidad que enfrentar las mujeres de los grupos discriminados para encontrar nuevas formas de cohesión y de reconocimiento.
 
La funcionaria reconoció que los avances en la materia son desiguales no sólo regionalmente sino en los énfasis, ya que aún predomina la visión familista y se ha avanzado poco en los planos: laboral, educación, comunitario y en el acceso a la justicia.
 
Sistema interinstitucional
Mencionó que durante estos últimos años, el Estado mexicano se ha dado a la tarea de construir un sistema interinstitucional en tres pasos. El primero, fue la generación de nuevas instituciones en el tema, comenzando por el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y la Trata de Personas (FEVIMTRA) y el CONAPRED.
 
El segundo, consistió en instaurar los Mecanismos para el Adelanto de las Mujeres en las entidades federativas; y el tercero, crear espacios institucionales específicos en los órdenes de gobierno para atender derechos humanos o discriminación por género y con ello revertir las inercias y viejas prácticas discriminatorias contra las mujeres  en las demás dependencias y entidades.
 
Comentó que en el año en curso se está avanzando en el diseño de los instrumentos y en la puesta en práctica de los cuatro modelos establecidos desde la Convención de las Naciones Unidas para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra las Mujeres (CEDAW), y la Convención Interamericana para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer.
 
Alejandra Rojas insistió en que el trabajo institucional debe confluir y coordinarse con aquellas redes sociales que colaboran activamente en el combate a la violencia contra las mujeres. Esta visión integral contribuye a superar reduccionismos, a generar sinergias y a impulsar acciones para la resiliencia (Al hablar de resiliencia humana se afirma que es la capacidad de un individuo o de un sistema social de vivir bien y desarrollarse positivamente, a pesar de las difíciles condiciones de vida y más aún, de salir fortalecidos y ser transformados por ellas).
 
Asimismo, afirmó que es necesario asegurar una política de Estado que permita dar continuidad a los programas así como establecer una coordinación desde el federalismo para conocer las necesidades primordiales y quizá lo más importante: crear los puentes de comunicación entre los apoyos que se brindan desde las instancias gubernamentales y los servicios que se ofrecen con la sociedad civil a las mujeres.
 
Por lo anterior, dijo, este Consejo considera que la cultura de no discriminación es un puente útil para la no violencia a las mujeres.
 
Lo hecho y los grandes pendientes
En su intervención, Alejandra Rojas, afirmó que el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres coloca en la mirada general la situación cotidiana de vejaciones que se viven en los restantes días del año; es un breve momento para gritar ¡Ya Basta!
 
Se refirió en este contexto a las mujeres que mueren en la plancha por un aborto mal practicado y que se pudo evitar dejando en la orfandad a varias criaturas; a aquellas que se duelen de los golpes recibidos de quien se dice su pareja; a las periodistas acalladas con violencia; a las niñas que son explotadas sexualmente; a las miles de ancianas abandonadas por sus familias a las que sirvieron en los mejores días de su vida; a las trabajadoras sexuales que no están ahí porque quieran sino por la doble moral masculina; a las lesbianas a las que no se perdona su rebelde deserción.
 
También habló de las mujeres que trabajan exhaustivamente en las maquiladoras y en el sector informal; de las jornaleras sin tierra ni libertad; de las que fueron infectadas por VIH y cargan con una culpa que no les toca; de las que alguna discapacidad les impide defenderse o simplemente son ignoradas; de las afromexicanas agredidas por el racismo; y de las mujeres transgenéricas y transexuales que no merecen tener nombre.
 
Dijo que todas ellas son mujeres distintas, que viven bajo condiciones distintas. Sin embargo, el común denominador es la discriminación traducida en violencia, que va de lo sutil hasta el feminicidio, sin posibilidades para hacerle frente, con escasos recursos sociales para salir de donde están y optar por otra vida a menos de que exista una fuerza de Estado que les restituya sus derechos.
 
Reconoció que a pesar de lo que se diga, la distancia para la igualdad y el empoderamiento de las niñas y mujeres está aún muy lejos. Por eso es preciso ver lo que se está haciendo. En este sentido, dijo, ahora se comprende mejor que no se trata de hechos aislados y sin conexión, productos fortuitos y particulares, sino sistémicos y con una amplitud casi total.
 
Sabemos también, dijo, que tiene una clara direccionalidad, y por eso es mejor nombrarla como violencia contra las mujeres y no violencia de género como se suele decir. El asunto por lo tanto, no es nuevo. Sin embargo, apenas comienza a conocerse y a atenderse en su particularidad. A este respecto señaló que según la CEDAW se recomienda decir igualdad y no equidad de género, toda vez que se basa en el Principio de Igualdad y no Discriminación, expresando así una igualdad de hecho.
 
A pesar de su magnitud, la violencia contra las mujeres, no es una prioridad en las agendas de seguridad pública puesto que no se combate en la misma medida que al crimen organizado, aún cuando un incremento en la escalada de violencia aumenta el riesgo de las mujeres y ambos fenómenos responden a la misma raíz cultural. Se sigue viendo como un tema residual del clima de violencia que se vive en el país, y además sólo resulta llamativa ante los sucesos de mayor gravedad pero sus formas mas cotidianas siguen siendo minimizadas y ocultadas, finalizó.