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DISCRIMINACIóN EN MéXICO

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Versión Estenográfica Mtra. Alexandra Haas Paciuc: Buenos días.

Discriminación en general

Mtra. Alexandra Haas Paciuc: Buenos días.

Como cada año estamos reunidos para reconocer públicamente a personas e instituciones que se han caracterizado por su trabajo contra la discriminación.

Este museo, que hoy generosamente nos recibe, es, quizás, el más espléndido espacio de exhibición de la herencia prehispánica de nuestro país, de ese legado indígena del que solemos enorgullecernos en el pasado, pero no tanto en tiempo presente.

En el México de hoy la probabilidad de que una niña indígena termine viviendo en la pobreza es casi dos veces más alta que la del resto de la población, sólo por su origen étnico.

Hay una enorme probabilidad de que un niño afromexicano no termine la primaria, la probabilidad de que este niño no cuente con servicios médicos supera el 70 por ciento, sólo por el color de su piel.

Tan sólo por haber nacido mujer la posibilidad de una persona de sufrir agresiones en su propia vivienda es casi del 30 por ciento, cuando sólo el 10 por ciento de los varones está en esta situación, sólo por su género.

Enfrentar estas contradicciones es tarea fundamental y urgente, no podemos construir una nación democrática y próspera si no nos permitimos, nos obligamos a mirarnos y a aceptar nuestra diversidad, a respetar y valorar nuestras diferencias.

Hay que admitirlo, en México la discriminación es omnipresente, la experimentamos en todos los ámbitos de la vida nacional y es una práctica cotidiana.

La discriminación es estructural porque es sistemática, generalizada y masiva, como tantas veces lo denunció Esther Chávez Cano en relación con las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, no está hecha de acontecimientos que ocurren de forma espontánea, ni se agota en hechos individuales o en acciones particulares.

La discriminación es estructural porque posee hondas raíces culturales e históricas, porque se reproduce de generación en generación, se prolonga por medio de la tradición y de nuestras costumbres, lo que hace parecer que constituye algo normal o natural.

Por eso, como lo ha dicho Abel Barrera, los indígenas de nuestro país siguen teniendo que remontar todavía hoy el lastre del racismo.

Nos hemos acostumbrado a discriminar, como si fuera una práctica normal y en el mejor de los casos, en palabras de Emily Arnold Fernández, a ver a las personas como sujetos con necesidades y no como sujetos de derechos.

La discriminación es estructural porque solamente se conforma de actos deliberados en los que se busca conscientemente excluir a cierto grupo social, sino también de actos no deliberados, de los que muchas veces ni siquiera somos conscientes.

 

La discriminación es estructural porque predomina en nuestras instituciones, comienza por las estadísticas que invisibilizan a ciertos grupos y sus problemáticas específicas, continúa en el diseño de las políticas, en los planes y en los programas, y se expresa en el ejercicio del gasto público.

A propósito de las estadísticas, Sergio, es importante decir que por primera vez en la historia el censo ha contado a la población afromexicana, hoy sabemos que casi un millón 400 mil personas se autoidentifican como afromexicanas en México.

Compañeras y compañeros:

La discriminación no solamente está allá afuera, la practicamos en nuestros centros de trabajo, en las oficinas, en las escuelas, dentro de nuestras propias casas y en el seno de nuestras familias.

La discriminación, también quiero decirles, no es un problema de los demás, es nuestro problema, el problema de todas y todos, porque efectivamente todas y todos somos potenciales discriminadores y discriminados.

Vivimos en una sociedad que todavía está muy lejos de tener en su horizonte la igualdad, pero también me importa enfatizar que la discriminación no sólo es un problema de grupos en situación de vulnerabilidad, mucho menos de las mal llamadas minorías que siempre que sumamos arrojan una mayoría contundente, mayoría discriminada.

No, la discriminación no está en los márgenes de nuestra sociedad, está en el centro de nuestra vida social, política, económica y cultural.

La discriminación no es el único problema nacional, pero no cabe duda que todos nuestros grandes problemas tienen un componente de discriminación.

Al mirarlos de cerca, en la desigualdad económica hay discriminación, en la pobreza hay discriminación, en la exclusión social hay discriminación y también en la violencia y en la impunidad hay discriminación.

La discriminación hace más desiguales a los desiguales, vuelve más pobres a los pobres, condena a la marginalidad inaceptable a millones de personas.

Por eso urge pasar del lenguaje, las formas y las normas a la acción, acción que vislumbramos como transformadora en la política pública y en el gasto, en el mundo del trabajo, en la cultura, así como en los medios de comunicación.

Compañeras y compañeros:

Estamos aquí para honrar a tres personas y a una organización de la sociedad civil elegidas por la Asamblea Consultiva del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación por su contribución a la lucha antidiscriminatoria.

Por eso quiero expresar, en primer lugar, mi admiración a las y los premiados que serán presentados en un momento por cuatro representantes de la Asamblea.

También quiero expresar mi enorme gratitud a la labor que durante estos años ha venido realizando la Asamblea Consultiva, cada uno de sus 22 integrantes, y la extrema dedicación y cariño con la que la ha presidido Mauricio Merino, quien desafortunadamente no está hoy bien de salud y tuvo que retirarse, en su representación agradezco a Clara Jusidman, que va a tomar la palabra al final del evento.

Desde luego, en la forma en la que Ricardo Bucio, mi antecesor, condujo al CONAPRED y logró posicionarlo como una institución con gran prestigio ante la sociedad mexicana.

Mi reconocimiento por su presencia y participación en este acto a quienes representan a las instituciones públicas.

Muchas gracias, Subsecretario Campa, por estar aquí.

Muchas gracias a las representantes de INMUJERES, de la Secretaría del Trabajo, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público por acompañarnos, a las organizaciones de la sociedad civil y a los medios de comunicación que hoy nos acompañan.

Lo he dicho y lo repito, la responsabilidad en la lucha contra la discriminación y la tarea de prevenirla no sólo es del CONAPRED, involucra a los tres poderes y órdenes de gobierno, a la sociedad civil organizada, a la iniciativa privada y a las instituciones académicas, así como a cada una y cada uno de nosotros, a todas y a todos los que estamos aquí.

Ahora es cuando tenemos que incluir la discriminación como un factor central de nuestros diagnósticos y su combate como una prioridad en las soluciones que hemos de concebir, ya no debe ser ésta una tarea de generaciones futuras.

Como dice un poema de  June Jordan, en honor a 40 mil mujeres y niñas sudafricanas que se manifestaron contra el apartheid en junio de 1956 y que sé que ha inspirado la labor de Emily a favor de los refugiados: “Nosotras somos a quienes hemos estado esperando, a nadie más”.

A todas y todos ustedes les doy cordialmente la bienvenida y le cedo la palabra a quienes integran la Asamblea Consultiva del CONAPRED.

Muchas gracias.

Presentadora: Muchas gracias por sus palabras maestra Haas.

Ahora presentaremos a ustedes un breve video con las semblanzas de las personas y la organización ganadoras de los reconocimientos 2015.