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CONAPRED - Estenograf�a audio - PALABRAS DE RICARDO BUCIO, PRESIDENTE DEL CONAPRED, EN LA PRESENTACIÓN DEL DECRETO POR EL QUE SE DECLARA EL 19 DE OCTUBRE DE CADA AÑO COMO "DÍA NACIONAL CONTRA LA DISCRIMINACIÓN" - 19 OCTUBRE 2010
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Transcripción

Audio: PALABRAS DE RICARDO BUCIO, PRESIDENTE DEL CONAPRED, EN LA PRESENTACIÓN DEL DECRETO POR EL QUE SE DECLARA EL 19 DE OCTUBRE DE CADA AÑO COMO "DÍA NACIONAL CONTRA LA DISCRIMINACIÓN" - 19 OCTUBRE 2010

DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL CONSEJO NACIONAL PARA PREVENIR LA DISCRIMINACIÓN (CONAPRED), RICARDO BUCIO MÚJICA, DURANTE LA PRESENTACIÓN DEL DECRETO DEL DÍA NACIONAL CONTRA LA DISCRIMINACIÓN, EN EL SALÓN ADOLFO LÓPEZ MATEOS DE LA RESIDENCIA OFICIAL DE LOS PINOS
(19/10/10)
 
· Ciudadano Presidente de la República, Lic. Felipe Calderón Hinojosa
· Lic. Francisco Blake Mora, Secretario de Gobernación,
· Lic. Heriberto Félix Guerra, Secretario de Desarrollo Social  
· Lic. Margarita Zavala Presidenta del Patronato del DIF Nacional
· Don Luis H. Álvarez, Consejero para la Atención de Grupos Vulnerables de la Presidencia de la República
· Senador Guillermo Enrique Tamborrel Suárez, Presidente de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables del Senado de la República
· Diputada Yolanda de la Torre Valdéz, Presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables de la Cámara de Diputados
· Diputada Claudia Anaya Mota, Presidenta de la Comisión Especial sobre la No Discriminación de la Cámara de Diputados
· Lic. Rocío García Gaytán, Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres
· Sr. Javier Hernández Valencia, representante en México de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
· Estimadas y estimados miembros y ex miembros de la Junta de Gobierno y de la Asamblea Consultiva del Conapred con quienes compartimos la responsabilidad de este organismo del Estado Mexicano
·  Señoras y Señores embajadores, representantes de organismos internacionales, legisladores federales y locales, titulares de comisiones de organismos públicos de derechos humanos, de entidades y dependencias del gobierno federal, y representantes de organizaciones civiles
 
Buenas tardes a todas y a todos:
Con la orden de abolición de la esclavitud decretada el día de hoy hace 200 años, Don Miguel Hidalgo y Costilla, se adelantó más de un siglo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ambos documentos normativos se dieron en momentos en que se vivían insostenibles situaciones de desigualdad institucionalizada, de violación a los derechos humanos y de menosprecio entre las personas que hacían imposible el ideal indispensable de poder vivir liberados del temor y de la miseria, de poder vivir armónicamente en una sociedad que diera espacio a todas las personas para ser, que diera posibilidad a la igualdad.
 
Cada contexto requiere resignificar la igualdad. Cecilia Loría Saviñón —demócrata ejemplar cuyo natalicio celebramos precisamente hoy, Día Nacional contra la Discriminación- decía que ante nuevos tiempos hay conceptos que requieren nuevos significados, cuya construcción debe cuestionar nuestra forma de acción pública, debe cuestionar la identidad y la cultura política. La igualdad no es pensar, hacer, creer, preferir, elegir o aspirar a lo mismo, aunque durante muchos años nuestro país construyó y se construyó desde un imaginario que suponía esa perspectiva.
 
En el México del siglo XXI, que abreva de su independencia y su revolución, y que continúa la historia desde el Estado ya constituido, el reto es lograr que la democracia nos sirva para la igualdad, para la creación eficaz de condiciones para que todas las personas podamos ejercer los derechos y las libertades reconocidas, y gocemos de la protección de las instituciones públicas, sin restricciones ni discriminación.
 
Y para ello requerimos, como lo hizo el Cura Hidalgo y los independentistas, crear nuevos hábitos y nuevos símbolos para nuestra democracia. Necesitamos cuidarla, arroparla, y resignificarla como “nuestro derecho a tener derechos”. Resignificarla a partir del reconocimiento de que la desigualdad y la discriminación que vivimos tiene muy graves efectos en la vida de quienes la padecen. Dan cuenta de ello datos estadísticos, indicadores, índices de desarrollo, sentencias judiciales, legislaciones, abusos, inaccesibilidad, omisiones y violencia. Da cuenta de ello mucho dolor acumulado y cotidiano.
 
Por ello el gobierno federal tiene la voluntad impulsa hoy día una estrategia integral no sólo a través del Decreto que hoy emite el Presidente de la República, sino por medio de una variada serie de acciones para alcanzar el desafío de nacionalizar la agenda antidiscriminatoria, de apoyar la armonización legislativa, de transversalizar esta perspectiva en las políticas y las instituciones públicas, de garantizar y hacer justiciable el derecho a la No Discriminación, y de incidir con fuerza para transformar nuestra cultura social y política. Y todo ello con la clara convicción de que se requieren todos los órdenes de gobierno, todos los poderes, todas las fuerzas políticas, todas y todos los ciudadanos.
 
Como país necesitamos reconocer que además del mosaico de la bella diversidad natural de sus montañas, sus costas y sus desiertos, México es también un maravilloso rompecabezas en su diversidad de etnias, de culturas, de edades, de formas de pensar, de expresarse, de creer, de aprender, de elegir, de amar. Y que el rompecabezas nacional estará incompleto si a alguien se le deja fuera. Estará dañado si a una sola de sus piezas se le hiere en su dignidad. Perderá su posibilidad de armarse si la discriminación por sexo, por discapacidad, por edad, por etnia, por apariencia, por nacionalidad, por religión, por preferencia sexual o identidad sexogenérica, por origen indígena, por condición migratoria, por ser trabajadora del hogar, o por cualquier otra condición, va limitando y coartando la vida. México sería entonces un rompecabezas que va perdiendo no algunas de sus piezas, sino la mayor parte de ellas.
 
La agenda antidiscriminatoria exige una clara y fuerte política de Estado para la construcción de la igualdad de trato y de oportunidades en México. No es agenda de asistencia social o de filantropía. Es agenda de derechos fundamentales porque allana el terreno para el ejercicio de todos los derechos y libertades reconocidas, incluida desde luego la libertad de expresión. El Conapred no salvaguarda la corrección política, ni defiende censuras antidemocráticas. Pero interviene cuando expresiones discriminatorias, en particular de quienes siendo autoridad pública o social deben garantizar los derechos constitucionales, contribuyen a reforzar estigmas y prejuicios contra los grupos en situación de discriminación.
 
La obligación primera de una política de Estado para la igualdad, es de todas y todos quienes tenemos responsabilidad o poder político, social, mediático, ciudadano, económico, o religioso, porque se requiere poder para generar igualdad, y porque la desigualdad no puede revertirse sin democratizar el acceso y el ejercicio del poder. Es fundamental cuestionar las propias percepciones y prácticas, sin calificar de manera binaria y maniquea la realidad, sin anteponer ante todo una única manera de pensar a México. Es necesario diálogo respetuoso y plural para interpelar aquello que sostiene la desigualdad, y que hace que ésta permanezca y dañe, desde su nacimiento hasta su muerte, a millones de hombres y mujeres.
 
Por ello el Gobierno Federal reconoce que en un momento de riesgo para el tejido social, la vigencia del derecho a la No Discriminación, y la exigencia de igual dignidad y derechos de todas las personas, son poderosas herramientas para la cohesión social y la prevención de conflictos. Son palancas para el desarrollo que debe acompañar a la política social y dar norte a la acción de numerosas instituciones públicas, civiles, o religiosas que trabajan con los grupos que viven situaciones de vulnerabilidad, y de exclusión.
 
Disminuir la brecha de desigualdad económica, implementar acciones afirmativas, identificar y combatir factores de exclusión, promover desarrollo, proveer seguridad social, legislar sin contenidos discriminatorios, informar verazmente, cuestionar mediáticamente la normalización de estigmas, prejuicios y estereotipos, diseñar y respetar cuotas de género, o hacer que la justicia ampare por igual y que nadie carezca de su amparo, son algunas de las muchísimas formas a través de la cuales se construye la igualdad.
 
Señoras y señores:
 
Vivir en Igualdad es posible. Es indispensable utopía, valentía, generosidad personal y política, capacidad de comprensión, creatividad ilimitada. Pero es posible porque en este país las mujeres y las niñas nunca descansan en hacer y rehacer la vida y construirla con amor y coraje. Lo es porque continúan las bodas, las fiestas, los encuentros. Porque los transportes públicos y las veredas de los campos y las fronteras se llenan cada día de personas que esperan y necesitan un mejor futuro. Porque en los hospitales y en las escuelas sigue naciendo la solidaridad y el dialogo. Porque seguimos teniendo a cada momento múltiples oportunidades de reconocernos, sin etiquetas, como personas libres e iguales.

Muchas gracias.