En México, las personas indígenas y afrodescendientes se enfrentan cotidianamente a problemas como la falta de oportunidades, la marginación y la discriminación estructural, que les impiden el ejercicio pleno de derechos y disfrute de libertades en todos los ámbitos sociales, desde los hogares y comunidades hasta la participación política, pasando por el sistema educativo, el trabajo, los servicios de salud …