En México hay alrededor de 38.2 millones de niñas, niños y adolescentes, entre 0 y 17 años, que representan 30.4 por ciento de la población. En el país existe legislación que protege y reconoce sus derechos: el artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, entre otras que tutelan el interés superior de la infancia y, a nivel internacional, la Convención de los Derechos del Niño.
La situación de discriminación que enfrentan las niñas, niños y adolescentes (NNA) en México se debe fundamentalmente a cuestiones como sus procesos de formación y desarrollo, así como a la relación de poder que sostienen con otras personas para tener acceso a sus derechos reconocidos, toda vez que no se les considera como titulares de los mismos.
Existen estereotipos fuertemente arraigados en la sociedad: “los niños y niñas no se dan cuenta de lo que pasa a su alrededor” o “los adolescentes no saben lo que quieren” son expresiones a menudo escuchadas y son ejemplos claros del tipo de representaciones sociales que obstaculizan el disfrute de garantías y libertades y han invisibilizado las experiencias de vida de este grupo de la población.