Las sociedades deben ser capaces de establecer una autoridad democrática en internet, un genuino poder público capaz, de manera simultánea y equilibrada, de incentivar la libertad y el cambio que se espera de este recurso de potencialidades infinitas y de limitar las expresiones destructivas, de odio y hostigamiento, que significan un daño para las personas.
Este conjunto de estudios, que se publica gracias al apoyo del Conapred y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la unan a partir de una convocatoria de la Red de Investigación sobre Discriminación (Rindis), ofrece una profunda reflexión conceptual y académica acerca de esa difícil relación entre dos derechos fundamentales que las sociedades democráticas, entre ellas la mexicana, viven como …
El derecho a la libertad de expresión es esencial para la democracia porque garantiza la existencia de un espacio público para el intercambio de opiniones y la convivencia pacífica de las diversas expresiones individuales o colectivas que coexisten en las sociedades contemporáneas.
El lenguaje puede ser discriminatorio (o puede usarse para discriminar) de varias formas. La manera más obvia es con epítetos ofensivos empleados para descalificar, tratar como inferiores o insultar a individuos o grupos particulares (como “visionudos”, “maracas”, “chachas” y un largo etcétera).