Monterrey, N.L., 30 de septiembre de 2018
Boletín de prensa 91/2018
Así lo reiteraron especialistas en el Primer Congreso Nacional de Transexualidad Infanto Juvenil, celebrado este fin de semana en Monterrey, Nuevo León.
La transfobia que enfrenta la niñez y juventud trans es la causa de la angustia y depresión que les produce pensamientos suicidas y a su consumación.
El apoyo familiar, la educación inclusiva, y el acceso a servicios de salud capacitados son indispensables para su sano desarrollo y bienestar.
La condición trans es una variante de la diversidad humana, no una patología. La identidad de género se desarrolla alrededor de los tres años y es una experiencia subjetiva, por lo que no puede estar sujeta a prueba ni ser modificada por terceras personas. La enfermedad es la transfobia que sufren cotidianamente y que les genera angustia, malestar, depresión e, incluso pensamientos suicidas o su consumación, como consecuencia de la exclusión social a la que se les somete.
Por ello, resulta fundamental el apoyo familiar hacia las niñas, niños y adolescentes trans y de género no conforme, al igual que el respeto y apoyo en los ámbitos educativos, de atención a la salud y, en general, una cultura de respeto a la diversidad sexual.
Así lo reiteraron especialistas en el Primer Congreso Nacional de Transexualidad Infanto Juvenil, que se llevó a cabo el 28 y 29 de septiembre en Monterrey, Nuevo León, convocado por la Fundación Transamor, la Asociación Internacional de Familias por la Diversidad Sexual y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
En este contexto, Alexandra Haas Paciuc, presidenta del Conapred, destacó que el Protocolo para el acceso sin discriminación a la prestación de servicios de atención médica de las personas Lesbianas, Gay, Bisexual, Trangénero, Transexual, Travesti e Intersexual, recientemente emitido por la Secretaría de Salud, es un instrumento fundamental para la atención de personas trans. Resaltó además la importancia de construir una cultura de respeto a la diversidad humana, entre ella, la diversidad sexual, y la responsabilidad compartida que en esta tarea tienen todas las instituciones de gobierno de los tres niveles, el sector privado, las organizaciones civiles y la sociedad en general.
El Congreso contó con la participación de especialistas como Aydin Olson Kennedy, del Centro de Género de los Ángeles, California; Diane Ehrensaft, de la Clínica del Centro de Género de Niñez y Adolescencia de la Universidad de California, en San Francisco; David Barrios, sexólogo y psicoterapeuta; Jeremy Cruz, psiquiatra de la Clínica Condesa, en la Ciudad de México, entre otras. Participaron también madres, padres y familiares de personas trans, así como defensoras de derechos humanos, de 26 estados de la República.