Las personas jornaleras agrícolas son trabajadoras eventuales del campo que se emplean en labores que van desde la preparación del terreno, hasta el cuidado y cosecha de los cultivos. Actualmente se estima que, junto con sus familias, representan casi seis millones de personas. Este sector enfrenta situaciones de discriminación asociadas a sus altos niveles de marginación, su origen étnico muchas son personas indígenas de los estados del sureste del país que se desplazan a los campos en el norte, su alta movilidad migratoria y el carácter predominantemente informal de sus relaciones laborales.
Las personas empleadas en esta ocupación generalmente carecen de contratos que formalicen sus actividades, prestaciones de seguridad social, e incluso condiciones de trabajo decente y seguro. Por una parte, las personas jornaleras tienden a trabajar por estaciones, por lo que hay períodos del año en que no reciben ingresos. Por otra, una proporción considerable no cuenta con un empleador fijo, por lo que cambia de lugar de trabajo frecuentemente (incluso tras un período de semanas o días) atendiendo necesidades temporales en cada uno